martes, 24 de agosto de 2010

22º día. Grado (Italia)-Bormio (Italia). 738 km

12 de agosto. ¡¡¡¡¡¡Bola extra!!!!!.


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rado (Italia)-Bormio (Italia) en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí


Salí de Grado con la idea de parar a dormir cuando estuviera a unos 600 km de Burdeos, pues al día siguiente llegaría a casa de unos amigos y pasaría mis últimos días de vacaciones allí.

El cielo estaba cada vez más encapotado y de repente, el diluvio universal. En un instante empezó a caer la típica tormenta de verano y el mendas sin la pantalla del casco. Las gotas de agua se convertían en alfileres cuando impactaban con la cara, joderrrr como dolían.

Por suerte encontré un puente en la autopista y me metí debajo a ver si despejaba, pero aunque amainó la tormenta, no tenía pintas de dejar de llover.

La acogedora vista que tenía desde debajo del puente

Me puse el chubasquero, sólo la chaqueta, pues no había traído el buzo y decidí seguir adelante, no podía estar allí toda la mañana. Del agua lo que me preocupaba era poder seguir sin la pantalla y por suerte el caso tiene gafas integradas que me protegían lo suficiente.

El día estaba transcurriendo sin más interés, kilómetros y kilómetros de autopista, ya no llovía, a ratos lucía el sol, Milán lo había dejado atrás, a unos 80 kilómetros y me estaba acercando a Turín.

Pensando en las vacaciones, repasando el montón de recuerdos que me traía, los días que me quedaban, etc, caí en la cuenta de que ........ , ¡¡¡¡Joderrr!!!! ¡¡¡¡no era 13, sino 12!!! ¡tenía otro día más!, ¡¡¡¡¡me había tocado una bola extra!!!!!! ¡¡¡¡Diosssss, otro día para disfrutarrrrr!!!!!

Paré la moto en el primer sitio que pude y empecé a darle vueltas de hacia dónde ir para aprovechar aquel regalito. Sinceramente, no le dediqué mucho tiempo al tema, lo tenía muy claro, el Paso del Stelvio no estaba muy lejos de allí y una oportunidad así no se podía dejar pasar.

Metí en el GPS la dirección de Bormio, media vuelta y dirección a los Alpes italianos. La idea era hacer el paso desde Bormio para aprovechar el descenso dirección a Suiza, cruzarla y pasar a Francia.

Conforme me acercaba a Bormio, el tiempo nuevamente empeoró y caía una fina lluvia. Cuando llegué estaba helado hasta lo más profundo de mi alma, así que paré en el primer hotel que me encontré (Hotel Vallecetta), no miré ni uno más, 50€ con desayuno incluído y parking para la moto. Me daba igual si había algo más barato en el pueblo, pero no hacía ni un kilómetro más.


Era mi último día en Italia y aquella despedida se merecía una pizza del tamaño de una paella, como no podía ser de otro modo. Aquello no era una pizza, era una obra de arte, se me saltaban las lágrimas de emoción. Para cuando pensé en hacerle una foto ya me la había zampado, así que no hay foto.

Y de este modo, calentito y con la panza llena me metí en la cama a soñar con el día de mañana en el que subiría el famoso Stelvio.

ZZZZZZZZZZZZ!!!!!!!!!!!!!

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