sábado, 31 de julio de 2010

6º día. Chios (Grecia)-Cesme (Turquía)-Kalkan (Turquía). 503 km

27 de julio. Turquía


Ver Chios-Çesm-Kalkan en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí


Amanace en Chios

A las 06:30 suena el despertador, ducha, desayuno y pitando para el puerto. El ferry sale a las 08:30 y hay que ir con tiempo pues se ha de presentar el pasaporte, supongo que por viajar a Turquía (hasta tres veces lo tuve que enseñar), te revisan lo papeles de la moto (no se muy bien para qué), hay que embarcar, etc. El barco es minúsculo y apenas entra la moto, un Mini, otro turismo y los pasajeros. Embarcamos y en 45 minutos estábamos en Çesme.

Una vez en Turquía, hay que hacer el visado (y los españoles pagar 15€) y la revisión otra vez de los papeles de la moto. He de decir que me ha sorprendido lo bien organizado que tienen la gestión de la documentación para los vehículos. Una vez llegas a puerto, una persona te espera cuando desembarcas y en inglés te va guiando por todos los trámites. Cierto que lleva un rato, pero no tanto como había leído en algún sitio.

Una vez terminado el papeleo, !!!esto ya es Turquía!!!! Diossssss, que ganas!!!!


Pasada la aduana, lo más importante era cambiar euros a liras turcas, así que me acerqué al primer banco que ví y cuando llegó mi turno, la cajera al tiempo que me pedía el pasaporte me echó una mirada que se podía leer en su frente: Otro guiri sudoroso en moto. ¿qué coño se le habrá perdido a este tío aquí?.
Así que yo, vestido de romano, sudando hasta la última gota de agua de mi cuerpo, puse cara de "que te den dos duros, mona” y saqué con toda mi dignidad el pasaparte bajo aquella aplastante mirada.

Lo miró y su cara cambió de inmediato pasando a desplegar una sonrisa que le iba de oreja a oreja. Lo primero que se me vino a la mente es que o me veía más guapo en el pasaporte o debía de parecerle más limpio en la foto, pero no, casualidades de la vida, había estado unos meses en Santander estudiando con un intercambio de Erasmus. ¿Estudiando?, ¿con un intercambio Erasmus? ¿seguro? Repito, ¿estudiando?. Se sonríe y me dice que si, aunque no fue capaz de articular una sola frase en castellano.

Bueno, por fin estaba en Turquía, con todas las bendiciones aduaneras, dinero en el bolsillo y miles de kilómetros de carretera para elegir a dónde ir.

Planeando los destinos en los días anteriores, decidí empezar por la zona de Fethiye, en el Mediterráneo Occidental, así que cojí la autopista que sale de Cesme dirección Izmir.

Pasado Izmir, preferí dejar la autopista y meterme por las carreteras que atraviesan las diferentes ciudades. Ya sabemos que autopista y moto es sinónimo de aburrimiento. En eso estaba, cuando noté que la moto no iba todo lo fina que debiera. Cuando aceleraba, no salía con la fuerza habitual. La sensación me recordaba a cuando está desgastado el disco de embrague. Joder, pensé, como sea el disco esta historia igual termina aquí. Para más inri, lo había cambiado hacía dos meses por un problema del retén de la caja de cambios, que por algún defecto filtró aceite y lo había manchado dejándolo inservible (este ha sido un tema muy tratado en diversos foros de motos en la red).

Probé todo lo habido y por haber, pero no acababa de estar seguro de que fuera el embrague, así que caí en la cuenta que esto empezó a pasar justo después de repostar por primera vez en Turquía. ¿sería el octanage? Había echado de 95, pero vete tu a saber. Decidí seguir a ver que pasaba.

De este modo acabé llegando a Torbali y cuando estaba atravesando la ciudad, ví un puesto de comida de los cientos de miles que hay en todo Turquía, con un menú a base de carne a la brasa (tipo pincho moruno), torta de pan y ensalada. Aparqué la moto delate del chiriguito, pedí pollo, lo puso en las brasas y aquello empiezó a oler a gloria bendita.

El hijo del dueño, un crío que andaba por allá, me miró y por señas me dijo que le gustaba mucho la moto, así que le dije que se montara y que la arrancara, el chaval estaba alucinando allí encima. Al final acabamos hablado por señas con el mapa delante sobre sitios a los que ir y el dueño me recomendó en la zona de Fethiye varios sitios: Bodrum, Marmaris, Klas, Kalkan ….


Según la Lonley Planet, Kalkan es un pueblo más tranquilo y menos concurrido que Kas y famoso por sus restaurantes, así que ya estaba decidido, la primera noche sería allí.

Después de tomar té (çai) y despedirme, emprendí otra vez el camino, esta vez dirección a Kalkan, intentando evitar la autopista y buscando carreteras secundarias.

Comentar que Turquía tiene muchos kilómetros de carretera de doble carril, que sin llegar a ser una autovía, si que hacen que puedas circular a un buen ritmo. El único problema es que la calidad del asfaltado en muchos tramos es bastante mala y hay que andarse con ojo, con estas temperaturas algunas zonas parecía charcos de alquitrán.



Estaba yendo por una de esas carreteras no se ni donde, cuando a lo lejos veía la luz de una moto que se iba acercando, hasta que llegó a mi altura un tipo vestido de negro de arriba abajo en su flamante Harley Davidson. Nos hicimos señas para parar en la cuneta y estuvimos charlando un rato. Bernard es un sueco que iba Antalya donde estaba su familia de vacaciones y él había decidido hacer el viaje en moto. Me comentó que había echo noche en Marmaris y le pregunté a ver que tal era, pues estuve a punto de hacer el primer alto allí. Me dijo que es muy turístico y que casi no pegó ojo por la noche de la fiesta que había en los bares. Me alegré de haber decidido no ir. Así nos despedimos, aunque más adelante volveríamos a coincidir en el mirador de un puerto.


A eso de las seis de la tarde llegué a Kalkan, un turístico pueblo desparramado como un torrente por la ladera de un monte. Di una vuelta con la moto a ver que pinta tenía y viendo que me gustaba, pregunté por algún hotela la primera persona que vi . Resultó ser un inglés de vacaciones (este pueblo está plagado de ellos) que me llevó hasta donde él estaba alojado, un Bed&Breakfast en el que no quedaba ningún sitio pero hicieron una llamada y en la pensión de unos conocidos tenían una habitación libre. El precio era 60 liras turcas (unos 35 €), algo caro para ser Turquía, pero en pleno verano, con todo lleno y sin un sitio para dormir, ni me lo pensé.

La pensión se llama Öz Kalamaki. Situada en una estrecha calle peatonal en pleno centro de Kalkan, tiene un ambiente totalmente familiar. La habitación era algo pequeña y espartana, pero impoluta y de un blanco nuclear. Además, tiene wi-fi gratis y desayuno incluido.



Con la moto no se puede acceder hasta la pensión, pero hay un parking gratuito a menos de 1 minuto andando (cronometrado) con mucho sitio.

Así que descargo las cosas en la habitación, me quito el traje de romano (joder que ganas, menudo calorazo he pasado hoy), me ducho, me afeito y me pongo el uniforme de guiri (bermudas, camiseta y chancletas).

Lo siguiente, buscar un sitio para cenar. Me recomiendan uno que está en el puerto y que se llama Bade, así que allí me planto. La cena, dorada a la plancha, verduras a la parrilla y un aperitivo a base de verduras que pone la casa. Total, 27 liras turcas, unos 15€ ¿Se puede pedir algo más?.

Después de la cena, una vuelta corta para conocer el pueblo y cuando estaba ya que no podía mantener los ojos abiertos, tocó irse a dormir. En el centro hay bastantes bares de copas y había algo de ruido, pero no creo que durara hasta muy tarde o es que yo me quedé frito en antes de meter la segunda pierna en la cama.



5º día. Atenas (Puerto Pireos) (Grecia)-Chios (Grecia)

26-07-10. No tiempo, no visita.


Ver Atenas-Chios en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí


Hoy pensaba salir tranquilamente, hacer alguna foto por el camino y tomarme algo, aunque al final he apurado un poco el tiempo confiando en que el recepcionista del hotel me comentó que al puerto se llegaba fácil y bastante rápido con la moto.

Pero el camino no es tan rápido y no he querido apurar más la hora, así que sin visita al centro de Atenas, sin fotos y a moverse lo más rápido posible por los atascos. Atenas ya la había visitado anteriormente y aunque me habría gustado volver a ver alguna cosa, me queda el consuelo de que algo ya la conozco. Además, conducir por una ciudad también es una forma de conocerla y de eso si que he acabado un poco saturado (el que no se consuela es porque no quiere).

El ferry a Chios se coge en el muelle 2 (Cuando llegue a España colgaré las coordenadas del GPS) y está todo muy indicado. En esta ocasión he ido directo al barco. Tenía los billetes que los traía de España y no he hecho ningún tipo de check-in.

Sobre el tema de los billetes, creo que lo mejor es traerlos ya desde España, aunque tenga algún costo el que te los manden a casa o la agencia de viajes, pues en algunos puertos no hay que hacer check-in, pudiendo así ahorrar tiempo o incluso algún que otro imprevisto.

El viaje ha sido el más aburrido de todos. 6 horas que se me han hecho eterrrrnaaasssssss. En cubierta había una bar con un ruido insoportable por la vibración del tejado de plástico provocada por el viento. Eso, unido al calor, no había quien aguantara fuera. Más vale que llevaba unas vermudas y unas chanclas en la bolsa sobredepósito que uso como mochila para poder cambiarme e ir más cómodo, aunque andar con el traje de romano y el casco colgando del brazo cada vez que te mueves de sitio, te hace pensar en lo cómodo que es viajar en avión, aunque el pensamiento desaparece pronto.
Tormenta en el mar

Este no levantó la vista del ordenador en todo el viaje

Y finalmente hemos llegado a Chios, última escala en Grecia. Tocaba localizar el hotel y después comprar el billete del ferry para el día siguiente. Cerca del hotel había una especie de agencia de viajes y he pagado 25 € por mi billete y otro tanto por la moto, aunque por lo que vi al día siguiente, creo que el precio en el puerto es de 20€.

El hotel, Chios Chandris, todo perfecto, además está en la bahía del puerto a 2 minutos en moto del punto de atraque de los ferries.
Vistas desde la habitación

Lo poco que he conocido de Chios, la verdad es que me ha gustado mucho. Tiene muy buena pinta como lugar de vacaciones y me arrepiento de no haberme quedado un día más. Me ha parecido el típico lugar de vacaciones con restaurantes y garitos de paseo marítimo y con mucho griego, vamos ideal para dejar pasar los días sin más pretensión que tostarte al sol, comer y echarte un par de cañas por la noche.

Restaurante en el que cené


Y mañana, Turquía!!!

Por cierto, ya se lo que ha pasado con el GPS y las coordenadas. En el google aparecen dos direcciones para el mismo hotel y en los dos casos cogí la equivocada. Uno, que tiene buen ojo.

viernes, 30 de julio de 2010

4º día. Patras (Grecia)-Atenas (Grecia). 211 km

25 de julio. De rally por Grecia


Ver Patras-Atenas en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí


Seguimos en el ferry camino de Patras, así que después de levantarme he desayunado en la cafetería y a dejar pasar las horas. Un buen momento para aprovechar y planificar qué hacer cuando llegue a Turquía.


El ferry a Patras hace una parada previa en Igumenitsa. Mi consejo es viajar hasta Igumenitsa, pues el resto de trayecto hasta Patras es de unas 5 ó 6 horas, para recorrer realmente pocos kilómetros en tanto tiempo.


Llegada a Patras


Saliendo de Patras para Atenas me metí por alguna carretera secundaria que recorre los pueblos de la costa, pensado que sería más entretenida que la principal. Realmente no merecía la pena, pues no había mucho que ver, así que de nuevo a la carretera principal.

Al llegar a Atenas, la idea era ir directo al hotel (Best Western Museum) siguiendo las indicaciones del GPS y al llegar al lugar, se vuelve a repetir la historia de Ancona. La dirección del Google maps resultaba equivocada y el nombre de la calle no me lo reconocía. Me he pasado una hora dando vueltas hasta que he encontrado otro hotel de la cadena Best Western, paro, pregunto, me da el nombre de la calle en griego del hotel y bingo, el GPS reconoce la dirección. (La calle Bouboulinas aparece como Boumpoulinas)

Estel hotel es una buena opción: Wi-fi gratuito y puesto de ordenador con impresora también gratuito, desayuno bastante completo, recepcionistas muy atentos, zumos gratis y lo mejor de todo, al estar junto al Ministerio de Cultura, está rodeado de policía. La moto durmió en la calle más vigilada que nunca, unos 6 policías en 20 metros a la redonda.

Además, está algo apartado del centro, por lo que la zona parece bastante tranquila y tiene un aire de barrio. Según me dijo el recepcionista es muy segura y la verdad es que lo parecía. Cerca había una plaza llena de gente charlando y viendo una película que estaban proyectado.

A la plaza llegan varias calles en las que se pueden encontrar restaurante y bares de copas. Yo he cenado en el restaurante Rozalia (Pozania), que está ubicado en la única calle peatonal. Comida típica griega, lleno de griegos y precio correcto. Lo recomiendo (coordenadas).

Sobre los griegos y su famosa forma de conducir, mis conclusiones son:
- Las normas de circulación…. Hummm, dejame pensar que significa eso aquí..
- La diferencia entre la línea continua y la discontinua, es que ambas son discontinuas pero una más larga que la otra.
- Normalmente se circula por el arcén. Si te van a adelantar, debes echarte al arcén para que lo hagan.
- Las motos circulan literalmente por donde les da la gana tanto en carretera como en ciudad: entre los coches, por el arcén,… Van todo el tiempo haciendo sonar la bocina para que se aparten los coches y como no lo hagan, se acuerdan de toda su familia.
- En los peajes las motos no se esperan las colas, se las saltan hasta llegar a la cabina de pago. Incluso algún coche mi hizo señas para que pasara hasta adelante. Luego ya me aprendí como iba el tema.
- Sobre los límites de velocidad hummmm, déjame darle una pensada.
- Antes de moverte del carril en el que estás, mira y remira por los retrovisores y a los lados, para cuando te quieres dar cuenta, tienes una moto encima que no sabes de donde ha salido.
- Y por supuesto, el tema de la equipación del motorista y su acompañante es para ponerte los pelos de punta: el casco es para llevarlo en el brazo o no llevarlo, chaquetas, botas, guantes, etc, creo que no se venden en Grecia.

En resumen, si sufres del corazón, no conduzcas aquí.

lunes, 26 de julio de 2010

3er día. Ancona (Italia)-Patras (Grecia)

24 de julio. El camarote de los hermanos Marx



Ver Ancona-Patras en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí



Por la mañana, desayuno en el hotel y tres cosas por hacer:
1.- Sacar dinero: Ayer no me funcionaron las tarjetas en las gasolineras y si se han estropeado no voy a tener dinero en metálico suficiente.
2.- Hacer lo antes posible el check-in del ferry, pues el lugar en el que se debe hacer y el muelle de embarque están en diferentes lugares, aunque no muy alejados, pero mejor hacer las cosas con tiempo.
3.- Rápida visita a la ciudad. Lo justo visité la calle principal y comí por allí. Desgraciadamente no pude visitar nada más, como por ejemplo la catedral, que debe merecer la pena verla.

Terminal de ferries para donde hacer el check-in

Vistas de Ancona
Después de comer, al puerto para embarcar. Mientras esperaba, conocí a una pareja de veinteañero italianos que se iban a Grecia a pasar unos días con su maxiscooter. Otra pareja de italianos (los de la camiseta blanca) estaban camino de Armenia.




Este tío tan guapo soy yo
El ferry parecía un transformer


Embarcamos y más ferry.

Por si hay que salir pitando, lo primero saber donde meterse

El camarote lo tenía compartido con otras tres personas. Cuando llegué a dejar mis cosas, estaba uno de los ocupantes, nos saludamos y me marché.

Luego volví a coger un par de cosas y allí estaba el mismo, dormido como una marmota a las nueve de noche y con la luz encendida, que se la apagué cuando salí.

Por la noche, al volver a dormir y abrir la puerta del camarote, sentí una bofetada en forma de olor que casi me tira al suelo, !!!mamma mía!!!, allí se respiraba humanidad por los cuatro costados.
Para no despertar a los tres bellos durmientes, no encendí la luz y me las apañé con la del móvil. Me subí a mi litera y allí estaba yo, en medio de la más absoluta de las oscuridades, rodeado de tres cuerpos cuya cara de dos de ellos ni siquiera conocía.
Joder, ¿esto es el famoso mestizaje de culturas? ¿este olor es normal? ¿y si la ha palmado el que estaba durmiendo y de ahí el mal olor?.
Los ronquidos de los otros dos dejaban claro que también debían estar en el cielo, pero en el de los vivos. Diosssss, ¿cómo se gestiona un fiambre en alta mar? ¿es un residuo toxico peligroso o alimento para los peces?. ¿uno de los otros dos es un asesino en serie?, ¿es este el argumento de la próxima película de terror basada en hechos reales?, joder, mis dos neuronas se estaban empezando a cortocircuitar.

Ahí estaba yo en inmerso en mis divagaciones, cuando oí como el presunto cadáver y digo presunto porque nadie había certificado el fallecimiento, se movía-carraspeaba. Vale, por fin podía dormir tranquilo narcotizado por la multiculturalidad.

2º día. Barcelona-Civitavecchia (Italia)-Ancona (Italia) . 310 km

23 de julio. Los tres italianos


Ver Barcelona-Cevitavecchia en un mapa más grande

Para ver el recorrdo completo, pinchar aquí


Al día siguiente, desayuno, vueltas por el ferry, un té, otro té, otra visita a la cubierta de la piscina, mala suerte, hay overbooking de tumbonas.


Venga, otra vueltita por cubierta.


Esto más vale que no haya que usarlo

Ni esto tampoco


A eso de las 10:00 llegamos a la única parada del viaje antes de llegar al destino. Parte del pasaje se marcha y llegan nuevos pasajeros.


El ferry sigue camino y hacia las 19:00 llegamos a Civitavecchia. Me quedan unos 350 km a Ancona y no hay mucho tiempo que perder si no quiero que se me haga demasiado tarde. Me va a tocar conducir un tramo por la noche y cuanto menos sea mejor.

Al final, entre una cosa y otra, llegué a Ancona bastante tarde, hacia las 24:00 h. Seguí las indicaciones del GPS hasta el hotel y cuando llego al lugar, allí no había nada parecido a un hotel. Había cogido las coordenadas del google maps y algo había fallado. Meto la dirección que aparece en la reserva y no me la reconoce. Bien, pasemos al plan B

Empiezo a recorrer calles a ver si encuentro por casualidad el hotel o alguien a quien preguntar y en esto, que veo a tres perfectos italianos, perfectamente bronceados, con el pelo perfectamente cortado y ropa perfectamente a la moda, saliendo del jardín de una casa en la que parecía haber una cena, saco la reserva del hotel y les pregunto.

Uno de ellos, mira el papel con interés, levanta la cabeza y me dice en un perfecto italiano que me atrevo a traducir:
- Puezzz io judadía que ezte jotel kae pror aquí serca. Zi siges parabajo greo que lencontrarás.

Madre mía, este llevaba más cervezas encima que el camión de la San Miguel. Y el resto andaban que no se quedaban atrás. Uno apoyado en la moto que se dormía encima y el tercero, manos en los bolsillos, tratando de mantener el equilibrio utilizando la barriga como contrapeso sacándola p’afuera, típica cara de borracho sonriente, asintiendo a todo lo que decía el primero y añadiendo pequeños comentarios que vete tú a saber lo que decía.

Viéndolos a los tres, la verdad es que se me saltaba la risa pensando en como sería la situación si yo hubiera sido uno de ellos un viernes de copas con mis amigos y nos encontramos un tipo perdido, vestido de romano y que no se entera de nada. Después de intentar ayudarle, seguramente lo habríamos dejado pensando que esa noche no dormía en el hotel ni de casualidad, por mucha explicación que le diéramos.

Evidentemente, iríamos comentado la jugada hasta el siguiente bar y por supuesto descojonándonos de aquel pobre tipo que nadie sabía de donde había salido. Cabrones, ya me los estaba imaginando.

Tras unos minutos de explicaciones, indicaciones con las manos y mucha voluntad por su parte (todo hay que decirlo) comprobé lo imposible que es llegar a entender las explicaciones de tres perfectos italianos perfectamente cocidos como una cuba (si hubieran sido de cualquier otra nacionalidad, sería exactamente igual), Así que como aquello se alargaba y no llegaba a ninguna conclusión, pasé al plan C. Decirles que me lo habían dejado clarito como el agua de manantial, que la explicación era perfecta y volver al plan B.

Finalmente, encontré a una mujer que iba en coche y me dijo que la siguiera hasta la puerta del hotel.

El NH Ancona es sencillo, limpio, con parking delante de la puerta, con un buen desayuno y puedes conseguir en a web alguna oferta como me ocurrió a mi.